Los salarios registrados mostraron en marzo una caída del 1,2% en términos reales, profundizando la tendencia negativa que se observa en el poder adquisitivo de los trabajadores argentinos. Según los datos oficiales, el sector privado experimentó una contracción del 1,5% mientras que el sector público registró una baja del 0,4%, frente a una inflación mensual que alcanzó el 3,7%.
La situación resulta más preocupante al observar el comportamiento acumulado desde noviembre de 2023, período en el cual los salarios han perdido un 6% de su poder adquisitivo real. Esta caída presenta una marcada disparidad entre sectores: mientras que los trabajadores del ámbito privado acumulan una pérdida real del 0,9%, los empleados públicos han sido significativamente más afectados con una contracción del 15% en sus ingresos reales.
Esta evolución salarial refleja el impacto de la política de ajuste fiscal implementada por el gobierno nacional, que ha priorizado la contención del gasto público como mecanismo para reducir el déficit fiscal. El mayor ajuste en el sector público responde a una estrategia deliberada de contención salarial en el Estado, mientras que en el sector privado los mecanismos de negociación colectiva han permitido una mejor preservación del poder adquisitivo, aunque sin lograr compensar completamente el efecto inflacionario.