La última colocación de deuda en pesos realizada por el Ministerio de Economía evidenció serias dificultades en el financiamiento público, al adjudicar apenas $6,1 billones y alcanzar un nivel de rollover del (+58,8%) sobre los vencimientos del mes. Este porcentaje se encuentra muy por debajo del umbral necesario para renovar íntegramente los compromisos de deuda del sector público.
Durante la licitación se colocaron diversos instrumentos financieros, incluyendo LECAPs y Boncer, sin embargo, la absorción de pesos resultó insuficiente para cubrir las necesidades de financiamiento. Esta situación ha encendido señales de alerta en el mercado financiero local, generando preocupaciones sobre la capacidad del Estado para refinanciar sus obligaciones en moneda nacional.
El bajo nivel de renovación plantea riesgos significativos para la estabilidad macroeconómica, incluyendo la posibilidad de una eventual mayor emisión monetaria o una creciente dependencia de otras fuentes de financiamiento alternativas. En un entorno caracterizado por tasas de interés elevadas, plazos acotados y alta incertidumbre macroeconómica, el apetito inversor se ve condicionado por la ausencia de definiciones concretas respecto al programa financiero para el cierre del ejercicio 2025.