La tercera revisión del PIB estadounidense del segundo trimestre de 2025 reveló un crecimiento trimestral anualizado del 3,8%, superando tanto la segunda estimación del 3,3% como las expectativas de los analistas que también se ubicaban en 3,3%. Este dato confirma la fortaleza de la economía estadounidense en el período analizado.
La revisión al alza del crecimiento económico refleja una economía más robusta de lo inicialmente estimado, lo que podría tener implicaciones importantes para las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Un crecimiento superior al esperado típicamente fortalece los argumentos para mantener una postura más restrictiva en términos de tasas de interés.
Este desempeño económico estadounidense tiene repercusiones directas en los mercados globales, incluyendo los emergentes como Argentina. Una economía estadounidense más fuerte puede traducirse en mayor demanda global por commodities y productos de exportación, pero también puede implicar una política monetaria más restrictiva que afecte los flujos de capital hacia mercados emergentes. La solidez de la actividad económica en Estados Unidos se convierte así en un factor clave para el análisis de los mercados internacionales.