La inflación en Brasil alcanzó el 0.56% en marzo, ligeramente por encima de las expectativas del mercado que apuntaban a un 0.53%, pero mostrando una significativa desaceleración respecto al 1.31% registrado en febrero. En términos interanuales, el índice de precios se sitúa ahora en el 5.48%, reflejando las presiones inflacionarias que continúa enfrentando la mayor economía de América Latina.
En paralelo, la actividad económica brasileña mostró señales positivas en febrero, con un crecimiento mensual del 0.44% y un avance interanual del 4.10%, representando su mejor desempeño desde octubre del año pasado. Estos datos sugieren una resistencia notable de la economía brasileña ante los desafíos del entorno global.
Estos indicadores se producen en un momento en que Brasil busca posicionarse estratégicamente ante los cambios en los flujos comerciales globales, tal como señaló la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres. La funcionaria destacó que el país podría beneficiarse de los desvíos comerciales generados por los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, como ocurrió previamente con el aumento de las exportaciones de soja a China durante el primer mandato de Trump, aunque manteniendo una postura crítica hacia medidas unilaterales que generen volatilidad en los mercados internacionales.