En el nuevo escenario de tensiones comerciales globales, Brasil ha recibido un arancel «recíproco» relativamente bajo, del 10%, lo que podría permitirle capitalizar esta situación ganando terreno en exportaciones agrícolas, particularmente frente a Estados Unidos. Esta ventaja comparativa surge tras la respuesta proteccionista china a los aranceles estadounidenses, creando oportunidades específicas para los productores brasileños en el mercado asiático.
El sector agrícola brasileño, uno de los pilares fundamentales de la economía del país sudamericano, podría experimentar un impulso significativo en sus exportaciones, especialmente en productos como la soja, el maíz y la carne, donde compite directamente con productores estadounidenses. Los análisis preliminares sugieren que esta reconfiguración comercial podría traducirse en un incremento de la participación brasileña en el mercado chino de commodities agrícolas.
En el contexto regional, la atención se centra en una posible reactivación de las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, procesos que podrían acelerarse como consecuencia directa de la inestabilidad provocada por las tensiones comerciales globales. Esta dinámica podría diversificar aún más los destinos de exportación para Brasil, reforzando su posición como potencia agrícola global y reduciendo su dependencia de mercados específicos en un entorno comercial cada vez más volátil.