Las ventas de viviendas existentes en Estados Unidos experimentaron una contracción del 5,6% durante marzo, totalizando 4,02 millones de unidades en términos anualizados, cifra que se ubicó por debajo de las expectativas del mercado. Este comportamiento negativo se produce a pesar de una leve reducción en las tasas hipotecarias, evidenciando que los costos de financiamiento permanecen en niveles históricamente elevados, lo que continúa frenando la actividad en el sector inmobiliario.
La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) ha señalado que esta persistente debilidad en la movilidad del mercado habitacional podría estar reflejando un freno más generalizado en la dinámica económica del país. El comportamiento del sector inmobiliario resulta particularmente relevante como indicador económico adelantado, ya que históricamente ha mostrado alta correlación con los ciclos económicos generales y el nivel de confianza de los consumidores.
Este dato se suma a otras señales mixtas sobre el estado de la economía estadounidense, en un contexto donde la Reserva Federal mantiene una política monetaria restrictiva con elevadas tasas de interés para controlar la inflación. El debilitamiento del mercado inmobiliario podría eventualmente contribuir a las consideraciones del banco central sobre el inicio del ciclo de reducción de tasas, especialmente si esta tendencia comenzara a impactar negativamente otros sectores de la economía o el mercado laboral.