La Corte Suprema de Estados Unidos estableció un límite al intento del presidente Donald Trump de ejercer mayor control sobre la Reserva Federal, rechazando por el momento el pedido de emergencia para destituir de manera inmediata a Lisa Cook, miembro de la junta de gobernadores del banco central. Esta decisión permite que Cook se mantenga en funciones mientras el caso continúa su curso judicial, cuya definición final se espera recién en enero de 2026, según anticiparon fuentes judiciales.
La movida de Trump de buscar la remoción de funcionarios de la Fed representa un intento inusual de interferencia en la independencia del banco central, un pilar fundamental del sistema financiero estadounidense que ha sido históricamente respetado por las distintas administraciones. La autonomía de la Reserva Federal para tomar decisiones de política monetaria sin presiones políticas directas es considerada esencial para mantener la credibilidad de la institución y su capacidad de controlar la inflación y promover el empleo sin estar sujeta a ciclos electorales o presiones de corto plazo.
El pronunciamiento del máximo tribunal estadounidense envía una señal clara sobre la protección de la institucionalidad y los límites del poder ejecutivo sobre organismos técnicos independientes. Para los mercados financieros globales, esta decisión resulta tranquilizadora, ya que preserva la previsibilidad y la autonomía de la Fed en un momento donde las decisiones sobre tasas de interés tienen repercusiones directas sobre los flujos de capital internacionales, las valuaciones de activos y las condiciones financieras en economías emergentes. La resolución judicial mantiene el statu quo institucional mientras el caso avanza por los canales legales correspondientes.