El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su disposición a reducir los aranceles impuestos a China en un potencial giro de su política comercial hacia el gigante asiático. Durante una entrevista concedida a NBC, el mandatario estadounidense declaró que «en algún punto» disminuirá las barreras arancelarias aplicadas sobre los productos chinos, argumentando que «de lo contrario nunca se podría hacer negocios» entre ambas naciones, lo que sugiere un enfoque más pragmático que el adoptado hasta ahora.
Trump también calificó como «positivas» las recientes declaraciones del gobierno chino respecto a su disposición para entablar conversaciones comerciales con Estados Unidos, señalando así un posible deshielo en las tensiones que han caracterizado la relación bilateral. Esta apertura al diálogo comercial ocurre en un momento estratégico, cuando ambas economías enfrentan desafíos tanto internos como externos. Sin embargo, el presidente norteamericano también aclaró que no tiene previsto dialogar directamente con su homólogo chino, Xi Jinping, en los próximos días, lo que deja en incertidumbre el formato y calendario de posibles negociaciones.
En otro orden, Trump insistió en que no buscará destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, despejando rumores sobre posibles cambios en la conducción de la política monetaria estadounidense. Adicionalmente, el mandatario sugirió que algunos acuerdos comerciales podrían concretarse esta semana, aunque evitó especificar con qué países, generando expectativa en los mercados internacionales. Este conjunto de declaraciones ha tenido un impacto inmediato en Wall Street, donde los futuros del S&P 500 y el Nasdaq operaban a la baja en 0.76% y 0.92% respectivamente, reflejando la cautela de los inversores ante estos desarrollos en materia de política comercial.