El presidente Donald Trump dio marcha atrás en su amenaza de imponer aranceles del (+50%) a las importaciones europeas a partir del próximo mes, reactivando las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Esta decisión surge tras lo que la UE describió como una «muy agradable llamada» entre Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Sin embargo, esta reversión de política generó inquietud entre empresarios e inversores debido a la imprevisibilidad del enfoque comercial de la administración Trump, que podría cambiar nuevamente de posición. Las exigencias de Washington de concesiones significativas siguen siendo un obstáculo para alcanzar un acuerdo definitivo antes del nuevo plazo establecido para el 9 de julio.
Mientras tanto, la Unión Europea continúa enfrentando aranceles vigentes del (+25%) sobre productos industriales clave como acero, aluminio y automóviles, además de aranceles «recíprocos» del (+10%) para otros bienes. Estos gravámenes podrían duplicarse si no se alcanza un entendimiento, manteniendo la incertidumbre en las relaciones comerciales transatlánticas.