El presidente Donald Trump removió a Lisa Cook de su cargo como gobernadora de la Reserva Federal debido a presuntas irregularidades en trámites de préstamos hipotecarios. La destitución ocurrió tras las acusaciones del director de la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda, William Pulte, quien señaló que Cook declaró dos hipotecas como residencias principales para acceder a tasas más favorables.
Esta salida intensifica los intentos de Trump por redefinir la cúpula de la Fed, en un contexto de crecientes presiones para reducir las tasas de interés, mientras el banco central mantiene una postura cautelosa debido a la inflación persistente. La remoción afecta un mandato que se extendía hasta 2038 y podría acelerar los cambios estructurales en la institución más importante del sistema financiero estadounidense.
La destituución de Cook marca un precedente significativo en la relación entre la Casa Blanca y la Fed, históricamente caracterizada por la independencia del banco central. Este movimiento podría tener implicaciones profundas en la política monetaria estadounidense y en la percepción de los mercados sobre la autonomía de la institución, especialmente en un momento donde las decisiones sobre tasas de interés resultan cruciales para la economía global.