En una medida sin precedentes, el presidente Donald Trump anunció el domingo la implementación de un arancel del 100% a las películas producidas en el extranjero, argumentando que la industria cinematográfica estadounidense se encuentra en rápido deterioro debido a los agresivos incentivos que otros países ofrecen para atraer a cineastas y productoras. «Este es un esfuerzo conjunto de otras naciones y, por lo tanto, una amenaza para la seguridad nacional. Es, además de todo lo demás, mensaje y propaganda», declaró Trump a través de su plataforma Truth Social, elevando la producción audiovisual a un asunto de seguridad cultural y económica.
Sin embargo, ni el presidente Trump ni su asesor Lutnick proporcionaron detalles concretos sobre los mecanismos de implementación de estos aranceles. Permanece la incertidumbre respecto a si las medidas afectarán tanto a las películas distribuidas en plataformas de streaming como a aquellas proyectadas en salas de cine tradicionales, o si el cálculo de los gravámenes se realizará en base a los costos de producción o a los ingresos por taquilla. Esta ambigüedad ha generado inquietud tanto en los mercados financieros como en la industria del entretenimiento global.
El anuncio se produce en un contexto de creciente competencia internacional por atraer producciones audiovisuales. Gobiernos de todo el mundo han incrementado sustancialmente los créditos fiscales y los reembolsos en efectivo para captar una porción cada vez mayor de los aproximadamente 248 mil millones de dólares que, según Ampere Analysis, se invertirán globalmente en producción de contenido durante 2025. Esta iniciativa representa un cambio paradigmático en la política comercial estadounidense, ya que hasta el momento las tarifas arancelarias se aplicaban exclusivamente a bienes físicos y no a servicios, un sector donde Estados Unidos mantiene un superávit comercial superior a los 20.000 millones de dólares según los datos de febrero. La inclusión de productos culturales y creativos en la política arancelaria abre un nuevo frente en las tensiones comerciales globales.