Donald Trump alertó sobre riesgos crecientes en Medio Oriente y anunció el retiro parcial de personal estadounidense de la región. El presidente afirmó que Estados Unidos no permitirá que Irán desarrolle armamento nuclear, aumentando significativamente la tensión en un contexto de negociaciones estancadas entre ambos países.
Irán respondió que atacaría bases estadounidenses si es agredido, mientras que Israel habría manifestado su disposición a actuar militarmente en caso de ser necesario. Esta escalada de tensiones llevó a un repunte del petróleo superior al 4%, reflejando las preocupaciones del mercado sobre posibles disrupciones en el suministro energético global.
Las advertencias se multiplican sobre riesgos para el transporte marítimo en zonas sensibles como el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz, puntos críticos para el comercio global de petróleo. La situación geopolítica se ha convertido en un factor de riesgo significativo para los mercados energéticos, con potencial impacto en la inflación global y las políticas monetarias de los bancos centrales.