El sector manufacturero de Estados Unidos se contrajo en agosto por sexto mes consecutivo, con un PMI del ISM en 48,7, por debajo de las expectativas de 49 y apenas por encima del 48 de julio. Los aranceles implementados por la administración Trump siguen siendo la principal preocupación de los fabricantes, quienes describen el contexto de negocios como «peor que durante la Gran Recesión».
Los productores de equipos de transporte reportaron una virtual paralización de la actividad, atribuyéndola totalmente a la política arancelaria y la incertidumbre asociada. El gasto en construcción de fábricas retrocedió en julio, con una caída interanual del 6,7%. En paralelo, una corte de apelaciones declaró ilegales la mayoría de los aranceles, sumando más incertidumbre al escenario económico estadounidense.
Los industriales enfrentan serias dificultades operativas, con fabricantes de equipos eléctricos que señalan que la producción en EE.UU. se volvió más costosa por los aranceles a insumos clave. El empleo manufacturero continúa débil, con despidos y congelamiento de nuevas contrataciones como estrategia predominante. No obstante, el subíndice de nuevas órdenes creció a 51,4 tras seis meses en baja. La inversión en productos de inteligencia artificial otorgó cierto alivio, con el gasto en propiedad intelectual creciendo al ritmo más acelerado en cuatro años en el segundo trimestre