Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense (Treasuries) experimentaron una compresión generalizada a lo largo de toda la curva de tasas durante la jornada del jueves. La tasa a 10 años, que sirve como referencia fundamental para el costo del crédito a nivel global, descendió 7 puntos básicos hasta ubicarse en 4,10%, mientras que la de 2 años cedió 5 puntos básicos para situarse en 3,54%. Como resultado de estos movimientos, el diferencial entre ambos plazos (spread 2-10) cerró en 56 puntos básicos, manteniendo una curva con pendiente positiva.
Esta caída en los rendimientos de los Treasuries se produce en un contexto particular marcado por el shutdown gubernamental en Estados Unidos, lo que podría estar generando un movimiento de vuelo hacia la calidad por parte de los inversores institucionales. Ante la incertidumbre política y la paralización de agencias federales, los bonos del Tesoro estadounidense mantienen su estatus de activo refugio por excelencia, atrayendo flujos de capital que buscan seguridad en momentos de turbulencia.
La compresión de las tasas en toda la curva también refleja las expectativas del mercado sobre la futura trayectoria de la política monetaria de la Reserva Federal. Los inversores están incorporando en sus valuaciones la posibilidad de que el banco central mantenga una postura cautelosa en materia de ajustes de tasas, particularmente ante las señales mixtas que provienen de la economía real y la incertidumbre generada por el impasse presupuestario. El comportamiento de los Treasuries tiene implicancias directas para los mercados emergentes, ya que menores tasas en Estados Unidos reducen el costo de oportunidad de invertir en activos de mayor riesgo.