NVIDIA Corporation presenta sus resultados trimestrales en un contexto caracterizado por intensas tensiones geopolíticas y elevadas expectativas relacionadas con el auge de la inteligencia artificial. El mercado proyecta un incremento de ingresos del 66,2% interanual, alcanzando los USD 43.280 millones, aunque la atención se centra en la capacidad de la compañía para sostener este ritmo de crecimiento acelerado.
China representa un factor crítico en la ecuación financiera de NVIDIA, habiendo constituido el 13% de las ventas totales de la empresa durante 2024. La incertidumbre surge del hecho de que la compañía no detalla específicamente sus ingresos provenientes del chip H20, el único modelo habilitado para exportación a territorio chino bajo las normativas comerciales vigentes. Las proyecciones sugieren que los márgenes brutos podrían contraerse hasta 12,5 puntos porcentuales, impactando el margen bruto ajustado proyectado del 67,7%.
Frente a las restricciones impuestas por Estados Unidos, NVIDIA estaría desarrollando un nuevo procesador basado en su arquitectura «Blackwell» para sortear las barreras comerciales existentes con China. Sin embargo, la regulación gubernamental y la competencia intensificada, particularmente por parte de Huawei, complican el panorama operativo. El CEO Jensen Huang ha criticado públicamente las políticas estadounidenses, calificándolas de «fracaso». Como estrategia de diversificación, la empresa firmó un acuerdo con una startup saudí para suministrarle miles de chips Blackwell. A pesar del crecimiento del 178% registrado en 2023, las acciones de NVIDIA han retrocedido un 2% en lo que va de 2025, reflejando que los inversores demandan no solo crecimiento, sino también resiliencia ante la posible pérdida de participación en el mercado chino.