Uno de los aspectos centrales del acuerdo es la implementación de un nuevo régimen monetario en el cual todos los pesos en circulación estarán respaldados por activos del BCRA. Este modelo garantizaría un nivel de estabilidad superior al experimentado durante la convertibilidad, ofreciendo mayor previsibilidad en la política económica y monetaria.
Desde el punto de vista cambiario, el ministro Caputo aseguró que el staff agreement con el FMI no incluye medidas que generen shocks de volatilidad, por lo que el crawling peg continuará como mecanismo de ajuste gradual del tipo de cambio. Además, se evalúa la implementación de bandas cambiarias sobre el mercado paralelo, mientras se avanza en la eliminación progresiva de restricciones cambiarias.
En términos de objetivos a mediano plazo, el gobierno prioriza la reducción del stock de pesos, lo que disminuiría la presión sobre el mercado cambiario y reduciría la inflación subyacente al 0,5% mensual. En este contexto, se considera que Argentina podría evolucionar hacia un esquema de neo-convertibilidad, consolidando un proceso de dolarización endógena mientras el sistema financiero se estabiliza.