El índice bursátil argentino experimentó una fuerte caída del 16,6%, ubicándose en US$1.203, nivel que lo devuelve a valores registrados en agosto de 2024. Esta reacción negativa del mercado se produjo en línea con la lectura pesimista del resultado electoral reciente.
La deuda soberana en dólares sufrió pérdidas significativas, llegando a perder hasta un 10% en las primeras horas de la jornada posterior a las elecciones. Aunque posteriormente se recuperó parcialmente, cerró con bajas de entre 6,3% y 9,3%, reflejando la incertidumbre de los inversores ante el nuevo escenario político.
Tras el revés electoral, el presidente Javier Milei se reunió con su Gabinete para evaluar la situación. Los mercados financieros aguardan definiciones que podrían impactar tanto en la curva de bonos como en el resto de los activos argentinos. La volatilidad observada refleja la sensibilidad del mercado local a los desarrollos políticos y la búsqueda de señales claras sobre la continuidad de las políticas económicas.