La inflación en Estados Unidos continuó su tendencia descendente en abril, con un incremento mensual del 0,2%, por debajo del 0,3% esperado por los analistas, mientras que la tasa interanual se ubicó en 2,3%, alcanzando su nivel más bajo desde febrero de 2021. Esta moderación de las presiones inflacionarias proporciona un panorama más favorable para la Reserva Federal en su evaluación de la política monetaria.
El incremento mensual estuvo impulsado principalmente por los costos de vivienda, que aumentaron un 0,3%, mientras que los precios del sector energético mostraron un alza del 0,7%, debido principalmente a mayores tarifas de gas natural y electricidad, que compensaron la caída en los precios de la gasolina. En términos anuales, el componente energético registró una contracción del 3,7%, destacándose las significativas bajas en gasolina (-11,8%) y fuel oil (-9,6%), que contrastaron con un considerable incremento del 15,7% en gas natural.
La inflación núcleo, que excluye los volátiles precios de alimentos y energía, se mantuvo estable en un 2,8% interanual, en línea con las estimaciones del mercado. Un factor relevante a considerar es que la reciente acumulación de inventarios previa a la implementación de aranceles podría estar conteniendo temporalmente el impacto inflacionario de las barreras comerciales, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta moderación en los próximos meses a medida que estos efectos temporales se disipen.