La escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China genera un escenario de incertidumbre pero también de potenciales oportunidades para Argentina, que podría beneficiarse de la reconfiguración de las cadenas globales de suministro. Mientras los principales mercados bursátiles internacionales registran caídas significativas, con el S&P 500 retrocediendo un 3% y el Nasdaq un 3,06%, el impacto en los mercados latinoamericanos ha sido comparativamente menor, siguiendo la tendencia del Bovespa brasileño que cayó apenas un 0,04% y la bolsa mexicana que logró un avance del 0,54%.
El contexto de guerra comercial coincide con la visita del presidente Javier Milei a Estados Unidos, donde busca negociar condiciones arancelarias favorables para productos argentinos. Esta coyuntura podría resultar estratégicamente ventajosa para Argentina, ya que el país podría posicionarse como un proveedor alternativo para el mercado estadounidense en ciertos rubros donde China ha sido dominante. Los sectores exportadores argentinos, particularmente aquellos vinculados a la agroindustria, podrían encontrar nuevas oportunidades en este escenario de reorganización de flujos comerciales globales.
Sin embargo, los analistas advierten que la situación también conlleva riesgos significativos para la economía argentina. Una desaceleración del crecimiento económico global producto de la guerra comercial podría impactar negativamente los precios de las materias primas, principal fuente de divisas para el país. Adicionalmente, un aumento de la aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales podría dificultar el acceso de Argentina a los mercados de capital, en un momento en que el país busca normalizar su situación financiera externa. Los inversores locales observan con atención tanto la evolución de las tensiones comerciales como los resultados de las gestiones diplomáticas de Milei en Washington, factores que podrían determinar el comportamiento del Merval y de los bonos argentinos en el corto y mediano plazo.