En Washington comenzó la primera evaluación técnica del programa de USD 20.000 millones que el Fondo Monetario Internacional acordó con Argentina. Esta instancia preliminar resulta clave para avanzar en la aprobación formal del acuerdo, que habilitaría un desembolso adicional de USD 2.000 millones tras los USD 12.000 millones ya recibidos en abril.
Según fuentes especializadas, el análisis a cargo del staff económico y el directorio del FMI pone el foco en tres variables principales: cumplimiento de metas fiscales, dinámica inflacionaria y especialmente el nivel de reservas, que el organismo considera críticamente bajo. El nuevo desembolso buscaría fortalecer la capacidad del Banco Central y el Tesoro para intervenir en el mercado cambiario y afianzar el régimen de bandas.
El FMI reconoció avances en los fundamentos macroeconómicos, pero advirtió que persisten desafíos estructurales importantes: reservas débiles, altos diferenciales de riesgo y un contexto global incierto. El organismo recomendó continuar con reformas estructurales que mejoren la competitividad, incluyendo mayor flexibilidad cambiaria, reducción del cepo y políticas fiscales y monetarias más estrictas que ayuden a acumular reservas y atraer flujos de capital sostenibles.