El calendario económico estadounidense retoma normalidad esta semana con la publicación de datos de inflación que habían sido postergados debido al cierre parcial del gobierno federal (shutdown). El viernes se conocerá el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre, una estadística clave que influye directamente en las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal.
La mediana de expectativas de analistas de Bloomberg anticipa que la inflación general mensual repita el 0,4% registrado en agosto, mientras que la inflación núcleo (core inflation), que excluye alimentos y energía, se mantendría en 0,3%. Estos datos serán analizados exhaustivamente por los inversores para evaluar si la tendencia desinflacionaria se consolida o si persisten presiones sobre los precios que podrían condicionar futuras decisiones sobre tasas de interés.
El mismo día se divulgarán los PMIs preliminares de octubre, indicadores que miden la actividad en los sectores manufacturero y de servicios. Las expectativas apuntan a expansión en ambos sectores, lo que sugeriría fortaleza continua de la economía estadounidense. La combinación de datos de inflación y actividad económica será determinante para calibrar las expectativas del mercado sobre la trayectoria de la política monetaria en los próximos meses y podría generar volatilidad en los mercados de renta fija y variable.

