El índice de sentimiento económico (ESI) de la Eurozona experimentó un significativo deterioro en abril, descendiendo hasta los 93.6 puntos desde los 95.0 revisados de marzo, y situándose por debajo de las expectativas del mercado que anticipaban un valor de 94.5. Este dato, que marca el nivel más bajo desde diciembre, refleja una preocupante pérdida de confianza generalizada en la recuperación económica del bloque europeo.
El análisis detallado por sectores muestra un deterioro generalizado en todos los componentes del índice: el ánimo del consumidor sufrió un desplome significativo hasta -16.7 desde -14.5, mientras que la confianza en el sector servicios retrocedió a 1.4 desde 2.2. También mostraron caídas los indicadores de comercio minorista (-8.9 vs. -7.0), manufactura (-11.2 vs. -10.7) y construcción (-4.3 vs. -3.7). Un dato especialmente preocupante son las expectativas de inflación de los consumidores, que subieron 5.1 puntos hasta 29.6, alcanzando su máximo desde noviembre de 2022, lo que podría complicar la labor del Banco Central Europeo en su objetivo de controlar los precios sin afectar excesivamente el crecimiento.
En el análisis por países, el sentimiento económico empeoró notablemente en los Países Bajos (-2.5) e Italia (-1.8), mientras logró un leve repunte en Alemania (+0.5) y España (+0.4), manteniéndose prácticamente estable en Francia. Esta divergencia en la evolución del sentimiento económico entre los distintos miembros de la Eurozona refleja las diferentes velocidades de recuperación y los retos específicos que enfrenta cada economía del bloque, subrayando la dificultad de implementar políticas económicas coordinadas que resulten igualmente efectivas en todos los países miembros.