El gobierno de Estados Unidos alcanzó en abril un superávit fiscal de USD 258.000 millones, representando un incremento del +23% respecto al mismo mes de 2024. Este resultado positivo fue impulsado principalmente por ingresos extraordinarios provenientes de impuestos y aranceles, con especial énfasis en los gravámenes aplicados sobre las importaciones chinas.
Este dato fiscal sorprendió positivamente a los mercados, aunque la tendencia podría revertirse en el corto plazo. Las proyecciones indican que esta recaudación excepcional experimentará una notable disminución en los próximos meses como consecuencia directa del reciente acuerdo para reducir aranceles con China, anunciado por la administración del presidente Donald Trump.
La evolución del balance fiscal estadounidense será un factor determinante para los mercados financieros globales, ya que impacta directamente en la emisión de deuda soberana y en las expectativas sobre tasas de interés. El reciente acuerdo comercial con China, si bien podría reducir las tensiones geopolíticas y beneficiar a ciertos sectores exportadores, también representará un desafío para la sostenibilidad fiscal en un contexto de elevada deuda pública y crecientes presiones sobre el gasto federal.