La economía estadounidense experimentó su primera contracción desde 2022, con una revisión del PBI del primer trimestre que mostró una caída del (-0,5%) anual. Esta disminución se atribuye principalmente a un aumento significativo de importaciones antes de que entren en vigor nuevos aranceles, reflejando el impacto de las tensiones comerciales en la actividad económica.
A pesar de este retroceso trimestral, las perspectivas a corto plazo muestran signos de recuperación. El Nowcast de la Fed de Atlanta proyecta un crecimiento del (+2,6%) anual para el segundo trimestre, sugiriendo que la contracción del primer trimestre podría ser temporal. Sin embargo, las proyecciones para el conjunto de 2025 han sido revisadas a la baja, esperándose una expansión económica moderada entre (+1,3% y +1,5%), por debajo del (+2,4%) estimado previamente.
La política arancelaria continúa siendo un factor determinante en la dinámica económica, con el fin de la tregua arancelaria programado para el miércoles 9 de julio. Esta medida podría tener implicaciones significativas para el comercio internacional y la cadena de suministro global, especialmente considerando que el aumento de importaciones del primer trimestre refleja una estrategia de anticipación por parte de las empresas ante la implementación de nuevas restricciones comerciales.