La economía brasileña experimentó un retroceso del 0,1% en junio, según el índice IBC-Br del Banco Central, registrando una performance por debajo del -0,05% previsto por los analistas. Este resultado refuerza la percepción de desaceleración económica en el contexto de tasas de interés en niveles históricamente elevados.
El indicador del segundo trimestre mostró un avance del 0,3% respecto del período anterior, evidenciando cierta resiliencia en el agregado trimestral. La caída mensual de junio estuvo principalmente vinculada a un retroceso del 2,3% en el sector agropecuario, aunque sin este factor la actividad económica habría mostrado una leve mejora mensual, sugiriendo que otros sectores mantuvieron cierto dinamismo.
Con la tasa Selic en 15%, el Banco Central de Brasil mantiene una política monetaria contractiva con el objetivo de contener una inflación que recién comienza a moderarse. Esta política restrictiva genera presiones sobre la actividad económica, especialmente en sectores sensibles al costo del crédito. El PIB oficial será difundido el 2 de septiembre por el IBGE, proporcionando una visión más completa del desempeño económico brasileño en el segundo trimestre.