El déficit fiscal de Estados Unidos alcanzó los USD 161.000 millones en marzo, cifra que representa una reducción del 32% respecto al mismo mes del año anterior. Esta disminución se atribuye parcialmente a un cambio en el calendario de pagos del gobierno federal, según informaron fuentes del Tesoro estadounidense.
A pesar de esta mejora mensual, el déficit acumulado para el actual año fiscal ya se sitúa en USD 1,3 billones, lo que supone un incremento del 23% interanual y constituye el segundo mayor déficit registrado para un primer semestre en la historia fiscal del país. Este dato evidencia las continuas presiones sobre las finanzas públicas estadounidenses en un contexto de desaceleración económica.
Un aspecto destacable en el informe fue el aumento de la recaudación por aranceles, que alcanzó su nivel más alto desde 2022, totalizando USD 8.750 millones. Este incremento está directamente relacionado con las nuevas políticas comerciales implementadas por la administración Trump. Sin embargo, desde el Departamento del Tesoro relativizaron las declaraciones del presidente sobre supuestos ingresos diarios récord, señalando que, a pesar del repunte en la recaudación arancelaria, el panorama fiscal general continúa siendo complejo y desafiante.