Tras el alivio generado por la moderación en la implementación de los aranceles comerciales, las preocupaciones del mercado financiero estadounidense se han reorientado hacia el intenso debate fiscal y la inminente necesidad de incrementar el techo de deuda en Estados Unidos. Los legisladores republicanos impulsan activamente la extensión de las rebajas impositivas implementadas durante la primera administración Trump, iniciativa que tendría un costo fiscal estimado en USD 3,72 billones a lo largo de la próxima década.
La discusión sobre política fiscal se produce en un contexto donde la deuda nacional ya ha alcanzado un récord histórico de USD 36,2 billones, generando inquietud entre los inversores sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo. Esta situación ha llevado al Departamento del Tesoro a ejercer una creciente presión para que el Congreso apruebe un incremento del límite de endeudamiento por USD 4 billones antes del mes de julio, con el objetivo de evitar un potencial default que podría materializarse en agosto si no se toman las medidas correspondientes.
El dilema entre estimular la economía mediante recortes impositivos y controlar el crecimiento de la deuda pública se presenta como uno de los principales desafíos para la actual administración, en un equilibrio delicado que está siendo monitoreado de cerca por los mercados financieros. La evolución de este debate legislativo y las señales que emita el gobierno respecto a la gestión de la deuda serán factores determinantes para el comportamiento de los activos estadounidenses en los próximos meses, especialmente en el segmento de renta fija.