Producto Interno Bruto registra moderación respecto a trimestres anteriores
El Producto Interno Bruto (PIB) de la Eurozona se expandió un 1,4% interanual en el tercer trimestre de 2025, lo que representa una desaceleración en comparación con el 1,6% registrado en los dos trimestres anteriores, manteniéndose en línea con las estimaciones de consenso. Esta moderación del crecimiento se debe principalmente a una desaceleración en el gasto de los hogares (1,1% vs. 1,6%) y, de manera notable, en la inversión (2,5% vs. 3,2%), señalando una cautela creciente tanto de consumidores como de empresas ante la incertidumbre económica global.
En el detalle por país, España lideró la expansión con un 2,8%, consolidándose como la economía de mayor dinamismo en la región y beneficiándose de la fortaleza del sector turístico y el consumo interno. Países Bajos registró un crecimiento de 1,6%, mientras que Francia mostró una expansión más moderada del 0,9%. Por su parte, Italia aceleró su crecimiento al 0,6%, revirtiendo la debilidad de trimestres anteriores, mientras que Alemania mantuvo una tasa estable del 0,3%, evidenciando las dificultades persistentes de la mayor economía europea.
Expansión trimestral supera estimaciones con recuperación de corto plazo
En términos trimestrales, la economía de la Eurozona se expandió un 0,3% en comparación con el segundo trimestre, superando las estimaciones iniciales y mostrando una recuperación en el impulso de corto plazo. Este dato sugiere que, a pesar de los vientos en contra estructurales, la región mantiene cierta resiliencia económica, aunque el ritmo de crecimiento permanece moderado en comparación con otras economías desarrolladas.
La composición del crecimiento revela desafíos persistentes para la Eurozona, particularmente en lo que respecta a la inversión empresarial, que ha perdido momentum ante las incertidumbres geopolíticas, las condiciones financieras más restrictivas y las perspectivas económicas globales. El Banco Central Europeo enfrenta el dilema de mantener tasas de interés elevadas para controlar la inflación mientras la actividad económica muestra signos de moderación, un equilibrio cada vez más complejo de gestionar.

