La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, avanza con el ambicioso proyecto fiscal de Donald Trump. La iniciativa busca ampliar los recortes de impuestos de 2017 y añadiría entre USD 3 y 5 billones a la deuda nacional, representando una de las reformas fiscales más significativas de los últimos años. El plan contempla además un aumento en el gasto en defensa y seguridad fronteriza, alineado con las prioridades de la administración.
Sin embargo, el proyecto enfrenta divisiones internas dentro del partido republicano, especialmente por los propuestos recortes en Medicaid, que según la Oficina de Presupuesto del Congreso podrían dejar sin cobertura de salud a aproximadamente 8,6 millones de personas. Esta controversia podría complicar la aprobación de la reforma en su versión actual, obligando a negociaciones y modificaciones significativas.
El impacto en la deuda pública estadounidense genera preocupación entre analistas económicos, especialmente tras la reciente rebaja en la calificación crediticia del país. Los mercados están monitoreando de cerca el avance legislativo, ya que un incremento sustancial en la deuda podría afectar los rendimientos de los bonos del Tesoro y generar presiones adicionales sobre la política monetaria de la Reserva Federal en un contexto donde la estabilidad fiscal es un factor relevante para las decisiones de inversión global.