El mercado brasileño experimentó un severo golpe como consecuencia de la nueva política arancelaria de Estados Unidos, con una caída del 7% en su principal índice bursátil. Esta corrección responde al efecto contagio de Wall Street y las crecientes preocupaciones sobre el impacto que la guerra comercial global tendrá en las economías emergentes dependientes de exportaciones.
El real brasileño se encuentra bajo intensa presión, con proyecciones que apuntan a una potencial subida del USDBRL hacia los 6 reales, un nivel que obligaría al Banco Central de Brasil a intervenir activamente en el mercado cambiario. Si el tipo de cambio supera este umbral crítico, Brasil podría convertirse en un vendedor neto de reservas, siguiendo un patrón similar al de China cuando el yuan supera los 7.40-7.50 CNH.
La Tasa Selic también enfrenta presiones al alza, generando un potencial conflicto político entre Galípolo y el PT si el banco central no implementa subidas suficientes en mayo. Aunque un rebote de corto plazo podría dar cierto oxígeno a los activos brasileños, los riesgos estructurales persisten en un contexto de creciente volatilidad global y tensiones comerciales que podrían afectar significativamente a las economías emergentes dependientes de materias primas.