El gobierno de Brasil ha reforzado su estrategia comercial con sus principales socios internacionales para impulsar las exportaciones y atraer nuevas inversiones. Entre las medidas destacadas, se encuentran incentivos fiscales para el sector industrial y acuerdos bilaterales que buscan potenciar el comercio exterior.
A nivel cambiario, el real brasileño se ha mantenido estable en comparación con otras monedas emergentes, lo que refleja la confianza de los inversores en la actual administración económica. La reducción de la inflación y un enfoque fiscal más prudente han sido clave para esta estabilidad.
No obstante, persisten desafíos relacionados con el crecimiento económico y el empleo. Los analistas advierten que, si bien Brasil ha logrado una recuperación parcial, el país aún necesita fortalecer su mercado interno para consolidar un crecimiento sostenible.