Las recientes medidas arancelarias anunciadas por el gobierno de EE.UU. generan un nuevo escenario para los principales exportadores de la región. Argentina se posiciona como el país menos perjudicado y, en ciertos sectores, incluso podría beneficiarse.
Con un déficit comercial bajo con EE.UU., Argentina solo enfrentará un arancel mínimo del 10%, sin penalidades adicionales. Esto le permite mantener competitividad frente a países más afectados como Brasil y Colombia. Además, su canasta exportadora, compuesta por productos como petróleo, oro, aluminio, vino y alimentos procesados, podría ganar participación en el mercado estadounidense si los proveedores europeos y chinos pierden cuota debido a aranceles más altos.
Brasil, por su parte, enfrenta mayores riesgos, ya que su estructura exportadora está más expuesta a productos industriales como maquinaria, autos y autopartes, sectores que compiten directamente con Alemania, Japón y China. En caso de una escalada de medidas arancelarias, podría sufrir represalias comerciales y un encarecimiento de su cadena de suministros. Colombia, en tanto, mantiene una alta dependencia del petróleo crudo y productos primarios como café y flores, lo que lo hace más vulnerable a la volatilidad global y a caídas en el precio de los commodities.
En este contexto, Argentina tiene margen de maniobra para negociar mejores condiciones comerciales con EE.UU. y ganar participación en sectores estratégicos como alimentos, carnes y vinos. Su menor exposición a represalias y su canasta exportadora diversificada la ubican en una posición más favorable dentro de la región.