Apple ($AAPL) experimenta uno de sus peores días en bolsa desde marzo de 2020, con una pérdida de valor de mercado superior a los 300,000 millones de dólares debido a los nuevos aranceles impuestos por la administración Trump. La compañía de Cupertino se posiciona como la más afectada del exclusivo grupo Magnificent 7, principalmente por su enorme exposición a China, donde se fabrican entre el 90% y 95% de sus productos, principalmente a través de su socio Foxconn. Los aranceles combinados sobre bienes chinos podrían alcanzar un impactante 54%, según comunicados de la administración Trump, aunque aún faltan precisiones definitivas.
A diferencia de otras grandes tecnológicas como Microsoft o Google, que tienen menor exposición manufacturera en China, Apple enfrenta una crisis de costos operativos y potenciales disrupciones en su cadena de suministro. Aunque la compañía ha intentado diversificar su producción hacia Vietnam (que enfrenta aranceles del 46%) e India (con aranceles del 27%), estos mercados representan menos del 10% de su capacidad global, lo que resulta insuficiente para mitigar el golpe inmediato a sus finanzas. Este escenario contrasta con 2019, cuando Apple logró importantes exenciones arancelarias para sus productos estrella.
El desplome de Apple no solo amenaza su posición dentro del grupo Magnificent 7, sino que resalta el desafío estratégico que enfrentan las empresas estadounidenses altamente dependientes de la manufactura china en un entorno geopolítico cada vez más volátil. Los analistas advierten que incluso los esfuerzos de relocalización de Apple hacia otros países enfrentan barreras arancelarias significativas. La compañía deberá decidir entre absorber estos costos adicionales afectando sus márgenes de beneficio, o trasladarlos al consumidor final mediante aumentos de precios, lo que podría afectar negativamente sus ventas en un mercado global cada vez más competitivo y sensible al precio.