Apple ($AAPL) destacó con un impresionante repunte superior al 15% tras el anuncio de una tregua arancelaria de 90 días por parte de la administración Trump. Sin embargo, sus acciones aún se mantienen un 11% por debajo del nivel previo a la imposición de las tarifas, reflejando la preocupación persistente del mercado sobre los efectos de la política comercial en su modelo de negocio.
La compañía de Cupertino, una de las principales beneficiarias históricas del proceso de globalización, se encuentra particularmente vulnerable ante un entorno de creciente fragmentación comercial. El motivo resulta evidente: los aranceles continúan afectando productos fabricados en China —su principal base de producción—, lo que podría presionar significativamente sus costos de venta y márgenes brutos, una métrica crítica para los inversores que alcanzó un máximo histórico del 46,5% en 2024, muy por encima del promedio del sector tecnológico.
Históricamente, el mercado ha mostrado extrema sensibilidad ante cualquier deterioro en los márgenes de Apple, con caídas significativas en la acción cuando estos se vieron afectados, como en 2013 y 2015. En el contexto actual, el múltiplo P/E ha retrocedido apenas un 10% desde el anuncio inicial de los aranceles, pero persiste la incertidumbre sobre la capacidad de la empresa para trasladar los mayores costos al consumidor final. Si bien Apple evalúa aumentar su producción en India, no ha comunicado planes concretos sobre cómo mitigará el impacto en su rentabilidad. Con estimaciones que sugieren un alza superior al 50% en los costos de fabricación del iPhone, absorber parte de ese impacto podría generar mayor presión bajista en la acción si no hay mejoras visibles en los márgenes hacia 2025.