La actividad empresarial de Estados Unidos mostró señales de recuperación durante mayo, impulsada por una mejora general del entorno económico. El PMI Compuesto preliminar de S&P Global subió a 52,1 desde 50,6 en abril, superando el umbral de 50 puntos que separa la expansión de la contracción económica.
Sin embargo, el sondeo reveló una fuerte aceleración de los precios que genera preocupación sobre las presiones inflacionarias: los insumos marcaron 63,4 (máximo desde noviembre de 2022) y los precios cobrados subieron a 59,3 (máximo desde agosto de 2022). Estos datos se complementan con retrasos en manufacturas y una caída marcada en las exportaciones de servicios.
Las empresas estadounidenses incrementaron sus inventarios ante temores de escasez y mayores costos vinculados a los aranceles. Esta estrategia preventiva refleja las expectativas del sector privado sobre posibles disrupciones en la cadena de suministro y el impacto de las políticas comerciales. La combinación de recuperación económica con presiones de costos plantea desafíos para la Reserva Federal en su manejo de la política monetaria.