La economía estadounidense sorprendió levemente a la baja en el primer trimestre de 2025 al registrar una contracción del 0,3% trimestral anualizado (frente a estimaciones de -0,2%), descendiendo desde el crecimiento del +2,4% observado en el cuarto trimestre de 2024. Esta cifra marca la primera caída del PBI en términos trimestrales desde el primer trimestre de 2022, señalando un posible enfriamiento de la economía norteamericana que ha estado mostrando signos de desaceleración.
El principal factor detrás de la contracción fue el déficit comercial, con las exportaciones netas contribuyendo negativamente al PBI en 4,83 puntos porcentuales. Este deterioro se debió principalmente a una masiva aceleración en las importaciones, que crecieron un sorprendente 41,3% trimestral anualizado, motivadas en gran parte por el anticipado endurecimiento arancelario impulsado por la administración Trump. Mientras tanto, las exportaciones mostraron un modesto crecimiento del 1,8%. Como dato positivo, el consumo privado sorprendió al alza con una variación de 1,8% trimestral anualizado (superior a las estimaciones de 1,2%), aunque desacelerándose desde el 4,0% registrado en el cuarto trimestre.
Tras conocerse estos datos, los mercados financieros reaccionaron con cautela. Las tasas de los bonos del Tesoro a 2 y 10 años operaron con subas de 1 y 4 puntos básicos, alcanzando niveles de 3,66% y 4,2% respectivamente. Los futuros del S&P 500 y el Nasdaq mostraron caídas de 0,9% y 1,3%. Esta contracción económica, junto con las expectativas de un posible enfriamiento adicional, mantiene vivo el debate sobre la magnitud y el momento de los recortes de tasas que podría implementar la Reserva Federal durante el resto del año.