El gobierno chino ha elevado el tono en la disputa comercial con Estados Unidos, acusando a Washington de abusar del uso de aranceles e instando a otros países a no pactar acuerdos bilaterales que vayan en detrimento de los intereses de Pekín. A través de un comunicado del Ministerio de Comercio, China advirtió que responderá de forma «firme y recíproca» ante cualquier acción que considere contraria a sus intereses económicos.
Esta declaración surge en un contexto de creciente fricción comercial entre las dos mayores economías mundiales, mientras Estados Unidos mantiene negociaciones bilaterales con diversos países como Japón e Indonesia, que estarían considerando incrementar sus importaciones de productos estadounidenses como soja, arroz, alimentos y materias primas, a cambio de mejoras en sus relaciones comerciales con la administración norteamericana.
Según fuentes oficiales, aproximadamente 50 países se han puesto en contacto con el Representante Comercial de EE.UU., Jamieson Greer, para discutir sobre los elevados aranceles adicionales impuestos recientemente. Este escenario de tensión comercial podría reconfiguras las cadenas globales de suministro y los flujos comerciales internacionales, con implicaciones significativas para los mercados emergentes y las economías dependientes del comercio exterior como motores de crecimiento.