La Unión Europea quedó posicionada en el epicentro de las tensiones comerciales globales tras las restricciones chinas a la exportación de tierras raras, elementos críticos para múltiples industrias tecnológicas y de defensa. Esta medida generó malestar tanto en la administración Trump como en las autoridades europeas, que ven amenazada su seguridad en el suministro de estos materiales estratégicos.
En este contexto, la Comisión Europea recibirá esta semana a una delegación china para discutir las limitaciones impuestas y buscar posibles soluciones. Paralelamente, Bruselas trabaja en un plan de contingencia integral que contempla múltiples frentes: la producción de tierras raras dentro del territorio europeo, la diversificación de proveedores hacia países alternativos, un esquema de compras y almacenamiento estratégico, y la posibilidad de aplicar medidas de represalia comercial si las negociaciones no avanzan.
El jueves se llevará a cabo un encuentro de alto nivel en Corea del Sur entre Xi Jinping y Donald Trump, donde las exportaciones de tierras raras figuran entre los principales temas de la agenda bilateral. Esta reunión será observada con atención por los mercados globales, ya que podría definir el rumbo de las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo y, por extensión, impactar en la estabilidad de las cadenas de suministro globales que dependen de estos materiales críticos.

