La cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping continúa rodeada de incertidumbre. El presidente estadounidense expresó su expectativa de alcanzar un «buen acuerdo comercial» durante el encuentro previsto en Corea del Sur, aunque reconoció que aún existe la posibilidad de que la reunión no se lleve a cabo. Esta incertidumbre mantiene en vilo a los mercados globales que esperan señales sobre el futuro de las relaciones comerciales entre las dos principales economías del mundo.
En un movimiento paralelo, Trump y el primer ministro australiano Anthony Albanese firmaron un acuerdo marco de financiamiento para proyectos de procesamiento de tierras raras en Australia. Este acuerdo busca fortalecer la cadena de suministro de minerales estratégicos, reduciendo la dependencia de Estados Unidos respecto a otros proveedores en un sector considerado crítico para la industria tecnológica y de defensa.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China instó a los países con acceso a estos recursos a asumir un rol más activo en la seguridad y estabilidad de las cadenas de valor globales. Esta declaración se produce en un contexto de creciente competencia geopolítica por el control de materias primas críticas, evidenciando cómo la disputa entre Estados Unidos y China se extiende más allá del comercio tradicional hacia el control de recursos estratégicos esenciales para las tecnologías del futuro.

