Los bonos soberanos argentinos denominados en dólares, conocidos en el mercado como Globales, continuaron su tendencia negativa durante la jornada del jueves, prolongando las pérdidas que vienen acumulando en las últimas ruedas. Los títulos de deuda soberana cerraron nuevamente con retrocesos generalizados, registrando una baja promedio del 1% en el conjunto de instrumentos disponibles para negociación. Esta dinámica refleja el creciente nerviosismo de los inversores ante las señales mixtas que provienen tanto del contexto local como internacional.
Los títulos de mayor duración volvieron a ser los más castigados por las ventas, confirmando un patrón que se ha repetido en las últimas sesiones. El GD35 y el GD38 encabezaron las caídas al retroceder 1,3% cada uno, mostrando una mayor sensibilidad a los cambios en las percepciones de riesgo país y las expectativas sobre la evolución de las tasas de interés internacionales. Los bonos de largo plazo suelen ser más volátiles ante cambios en las condiciones de mercado, ya que incorporan mayor incertidumbre sobre la capacidad de pago del emisor en horizontes temporales más extensos.
Esta profundización de las pérdidas en los Globales se produce en un contexto donde los inversores institucionales están reevaluando sus posiciones en activos emergentes, particularmente aquellos vinculados a economías con desafíos fiscales y cambiarios. La persistencia de la brecha cambiaria por encima del 10% y las dudas sobre la sostenibilidad del esquema económico actual contribuyen a mantener la presión vendedora sobre estos instrumentos de renta fija, que representan una referencia clave para medir la confianza del mercado en la trayectoria económica argentina.