El presidente chino Xi Jinping recibirá esta semana en Beijing a sus pares de Rusia y Corea del Norte, Vladimir Putin y Kim Jong Un, en la primera reunión conjunta de este tipo. Este encuentro trilateral refuerza una alianza estratégica que se desarrolla en medio de las tensiones generadas por sanciones internacionales, amenazas geopolíticas y la política arancelaria de la administración Trump.
El encuentro podría dar forma a un nuevo eje trilateral, cimentado en el pacto de defensa mutua firmado en junio de 2024 entre Moscú y Pyongyang, y en un acuerdo paralelo entre China y Corea del Norte. Este bloque tendría implicaciones directas en el balance militar de Asia-Pacífico, alterando las dinámicas de poder regional y global.
Kim Jong Un se ha transformado en un jugador central en el conflicto de Ucrania, habiendo aportado más de 15.000 soldados en apoyo a Putin. La convergencia de estas tres potencias, junto con la presencia esperada del presidente iraní en el desfile, configura lo que analistas occidentales denominan el «Eje de la Subversión«, un contrapeso directo al poder occidental, mientras Trump insiste en presentarse como garante de la paz mundial.