El presidente Javier Milei respaldó públicamente la decisión del equipo económico de desarmar las LeFi en julio, durante un período de intensas tensiones en los mercados financieros argentinos. Milei caracterizó esta medida como «inevitable» y advirtió que, de no haberse implementado, su permanencia en el cargo presidencial habría estado en riesgo. Esta declaración se produjo en un contexto de fuerte volatilidad en las tasas de interés y en el intercambio de divisas.
El mandatario anticipó que tras las elecciones, los mercados financieros se estabilizarán progresivamente, las tasas de interés comenzarán a descender y retornará la demanda por instrumentos denominados en pesos. Milei atribuyó la tensión actual a un clima político adverso y electoral, señalando específicamente que «la oposición está haciendo todo lo posible para desestabilizar al Gobierno». Esta caracterización refleja la percepción oficial sobre las causas de la inestabilidad financiera reciente.
Según las proyecciones del gobierno de Milei, la recuperación de la confianza en los mercados será más sencilla después de los comicios electorales. Esta perspectiva sugiere que el equipo económico considera que gran parte de la volatilidad actual tiene origen político más que fundamentalmente económico. La eliminación de las LeFi representa uno de los ajustes más significativos en la política monetaria reciente, reflejando los desafíos que enfrenta la administración para mantener la estabilidad en un contexto electoral complejo.