La última encuesta de expectativas empresariales revela una marcada heterogeneidad entre sectores productivos, donde las compañías de servicios evidencian mayor optimismo sobre el desempeño económico, mientras que la industria mantiene una posición prudente. Esta disparidad refleja cómo cada rama del aparato productivo percibe de manera distinta el escenario económico actual y sus perspectivas futuras.
Las firmas de servicios anticipan un repunte en la actividad y esperan consolidar su crecimiento, mostrando mayor adaptabilidad al contexto económico presente. En contraste, la industria evita proyectar expansiones inmediatas y se enfoca en preservar su capacidad instalada mientras busca controlar costos ante un panorama caracterizado por la incertidumbre y los desafíos competitivos.
Esta prudencia industrial obedece no solo a la falta de certeza sino también a la presión derivada de la apertura económica. Con un consumo interno débil y altos costos locales, la manufactura enfrenta una pérdida de competitividad frente a los productos importados. Esta situación contrasta con el sector servicios, que por su naturaleza menos expuesta a la competencia internacional, demuestra mayor capacidad de adaptación y expectativas más favorables para los próximos meses.