El Fondo Monetario Internacional identificó a China como uno de los principales contribuyentes al aumento de desequilibrios externos globales durante 2024, con un superávit que se expandió en 161.000 millones de dólares. El organismo atribuye esta situación a sistemas de protección social insuficientes que fomentan el ahorro precautorio entre la population china.
Según el External Sector Report, las distorsiones internas en China incluyen políticas que no incentivan adecuadamente el consumo interno, generando un exceso de ahorro que se traduce en superávits comerciales persistentes. Esta dinámica contribuye a los desequilibrios globales que el FMI considera preocupantes para la estabilidad financiera internacional.
El FMI también anticipó una posible erosión del rol del dólar como moneda hegemónica, debido al auge de monedas alternativas, la digitalización de pagos y el uso creciente del yuan. El organismo cuestionó las políticas arancelarias impulsadas por la administración Trump, argumentando que no resuelven los desequilibrios estructurales y tienden a distorsionar la inversión y el ahorro. Como solución, propone que China implemente reformas para incentivar el consumo interno y reducir la dependencia del ahorro precautorio.