Moody’s Ratings elevó las calificaciones de emisor de largo plazo de Argentina, tanto en moneda extranjera como local, desde Caa3 a Caa1, modificando simultáneamente la perspectiva de positiva a estable. Esta decisión refleja avances significativos en la liberalización del mercado cambiario y la implementación exitosa de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La mejora en la calificación crediticia está respaldada por el fortalecimiento de la liquidez en moneda dura y la reducción de las presiones externas sobre la economía argentina. La transición hacia una mayor apertura de la cuenta de capital, combinada con el proceso de desinflación en curso, representa un avance hacia una mayor sostenibilidad de los pagos externos en el mediano plazo.
Sin embargo, persisten desafíos estructurales significativos que continúan condicionando la estabilidad macroeconómica del país. La escasez de amortiguadores externos y los obstáculos persistentes a la inversión extranjera directa mantienen vulnerabilidades en la economía argentina. A pesar del respaldo del nuevo programa de Servicio Ampliado del FMI, la acumulación sostenida de reservas aún no se materializa sin asistencia externa, evidenciando las fragilidades que persisten en el sistema financiero nacional.