En la última reunión de la Reserva Federal (17-18 de junio), la mayoría de los funcionarios manifestó su intención de comenzar con recortes de tasas este año, aunque sin consenso sobre el momento y la magnitud de los mismos. Solo dos miembros del comité apoyaron una baja en julio, minimizando el efecto inflacionario de los aranceles implementados por la administración.
El resto de los miembros del FOMC sostuvo que la inflación aún no converge al objetivo del 2% y que no se justifican recortes en el corto plazo. Sin embargo, hubo coincidencia en que las tasas actuales podrían estar cerca del nivel «neutral», lo que sugiere que, si se implementan recortes, será de forma gradual y medida.
A pesar de la falta de acuerdo sobre el timing, el riesgo de una inflación persistente sigue siendo la mayor preocupación del organismo. Los funcionarios destacaron posibles alivios si se alcanzan acuerdos comerciales, se normalizan las cadenas de suministro o si mejora la productividad por inversiones en inteligencia artificial. El mercado mantiene expectativas de al menos un recorte antes de fin de año, aunque la incertidumbre sobre las políticas arancelarias continúa siendo un factor de riesgo para las proyecciones inflacionarias.