Donald Trump anunció la implementación de nuevos aranceles del 50% al cobre importado y a productos provenientes de Brasil, medidas que entrarán en vigor desde el 1° de agosto. El mandatario también anticipó la imposición de impuestos a semiconductores y fármacos, mientras afirmó que las negociaciones con la Unión Europea y China avanzan, aunque está próximo a enviar una «carta arancelaria» a Europa.
La administración Trump sostiene que los aranceles constituyen una fuente clave de ingresos para el gobierno federal. Según las cifras oficiales, ya se han recaudado 100.000 millones de dólares y las proyecciones indican que podrían llegar a 300.000 millones para fin de año. Esta estrategia comercial forma parte de la política proteccionista que busca proteger la industria doméstica estadounidense.
Además de las medidas contra Brasil, Trump anunció aranceles dirigidos a siete países menores: 20% a Filipinas, 25% a Brunéi y Moldavia, y 30% a Sri Lanka, Argelia, Irak y Libia. Estas naciones tienen exportaciones limitadas al mercado estadounidense, por lo que el impacto directo se espera que sea menor. Sin embargo, la medida refuerza la tendencia hacia un mayor proteccionismo en la política comercial estadounidense y genera incertidumbre en los mercados globales.