El proyecto opositor que establece un aumento del 7,2% en las jubilaciones y un bono mínimo de $110.000 obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, generando tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue categórico al advertir que el presidente Milei vetará la ley si también es aprobada por el Senado, argumentando su impacto negativo en las cuentas públicas.
La posición del Gobierno se centra en mantener el superávit fiscal y reducir el gasto público, pilares fundamentales de su estrategia económica. Francos defendió esta prioridad como esencial para la estabilidad macroeconómica del país, contrastando con la propuesta legislativa que implicaría un incremento significativo en el gasto previsional.
Además del aumento jubilatorio, el funcionario se mostró crítico respecto a la prórroga por dos años de la moratoria previsional, también aprobada en Diputados con apoyo opositor. Esta medida complica los planes fiscales del oficialismo, que busca ordenar las finanzas públicas. Francos también mencionó que un eventual regreso a un sistema jubilatorio de capitalización es una posibilidad a futuro, aunque condicionado a reformas tributarias y laborales previas que den sustento al cambio estructural.